SANTIAGO DE CHILE.- Chile no sólo llega a la última fecha de las eliminatorias con el pasaje para el Mundial de Sudáfrica 2010. También tiene el "poder" para "ayudar" a clasificar a algunos de sus rivales. El próximo miércoles, la "roja" deberá enfrentar en casa a su similar de Ecuador, y aunque no necesita ganar, el técnico Marcelo Bielsa, quiere vencer y sumar los tres puntos.
"El partido que viene es igual de importante que los otros 17, con la diferencia de que la participación en Sudáfrica ya está resuelta, gracias a Dios", señaló Bielsa luego del duelo en el que Chile le ganó a Colombia por 4 a 2, en Medellín, y selló su pase a Sudáfrica.
Eso no es todo. El rosarino sabe que si Chile le gana a Ecuador, asegura a Argentina el repechaje para el Mundial, sin importar el resultado que obtenga la albiceleste con Uruguay.
La situación cambia drásticamente si Ecuador vence a Chile, ya que la selección de Diego Maradona tendría que ganar o al menos empatar con Uruguay para sacar pasajes a Sudáfrica.
Sincero
Bielsa confesó que desea fervientemente la clasificación de la albiceleste. Para eliminar cualquier suspicacia, el técnico anunció total seriedad en el partido entre Chile y Ecuador.
"La deportividad está garantizada en esta competencia, no necesito una condición añadida a mi nacionalidad. Vamos a hacer todo lo posible para obtener los puntos en juego", aseveró el técnico de la selección chilena, en respuesta a algunas especulaciones de que los trasandinos podrían dejarse ganar para que Argentina no se clasifique.
Sin bigote
Luis Bonini, el preparador físico de la selección chilena -"el brazo cariñoso de Bielsa", según sus allegados- ya no luce el bigote que lo caracterizó durante todo el período clasificatorio y que, según versiones periodísticas, se afeitó como agradecimiento por el pase al Mundial. (DPA)
Retorno a la elite
Marcelo Bielsa firmó su retorno a la elite del fútbol clasificando a Sudáfrica con Chile, país donde los hinchas lo ungieron de ídolo, líder presidencial, santo e incluso símbolo sexual. El DT cambió el juego de un país sin logros futbolísticos, que de su mano le ganó por primera vez a Argentina y venció a equipos europeos a domicilio, con un plantel de 23 años de promedio.