Hoy, el Citarum es un río moribundo, ahogado por los desechos domésticos de nueve millones de personas y de cientos de fábricas. Tan densa es la alfombra de basura que flota sobre él, que las pequeñas barcas de madera de pesca artesanal de la superficie son la única pista de la presencia de agua. Sus ocupantes ya hace tiempo que no se dedican a pescar. Es más rentable recoger basura que luego puedan vender - botellas de plástico, patas de sillas, guantes de goma... - por dos o tres euros a la semana, si tienen suerte. El riesgo de contraer alguna enfermedad es, sin duda, altísimo.
Todo comenzó a finales de los años 80 con una rápida industrialización de la ribera del Citarum. Hoy más de 500 fábricas, muchas de ellas dedicadas a la industria textil, liberan sus vertidos al Citarum a lo largo de más de 200 millas, el mayor curso de agua en el oeste de Java.
Además de los productos químicos que van a parar al río también lo hacen los desechos humanos. Aquí no hay lujos tales como un servicio de recogida de basura. Tampoco existen modernas instalaciones sanitarias o depuradoras. Todo va al río.
Paradójicamente los expertos dicen que la gran contaminación que arrastra afectará a la planta eléctrica del lago Saguling (el Citarum es uno de los dos ríos que alimentan el lago) haciendo que el generador no funcione correctamente y privando de energía eléctrica a las fábricas que lo contaminan. |