* Veo una niña reflejarse en el río *
Veo a una niña reflejarse en la ribera de un río La miro, me mira, se ríe, sonrío. ¡Descubrí un espejo! ¡Mágico! ¡Divino! Su cristal es transparente, y observo ¡Todo el cuerpo mío! Las gasas de mi vestido Son hojas envolventes. Y me siento una flor, besada por el estío. Me suelto los cabellos al viento. Y me los besa con delirio. Entonces entra en escena Reflejándose en el mismo río. El unicornio azul. Y comienza nuestro rito. Despertamos a las musas que hace tiempo se han dormido. Tal vez porque los pájaros no sobrevolaban Y tomaban por otro camino. Pero ¿Como? Si desde que nacieron mis letras. Regresaban a sus nidos. Hora del atardecer, Ensordecían sus trinos. Pero al no alimentarlos con mis letras. Eligieron otro destino. ¿Y las mariposas señores? Se cambiaron de vestidos. ¡Estos brillan! Y me ofrecen. De sus mágicos colores ¡HILOS! Y un paso más allá, oigo cantar los grillos. El unicornio me mira y se ve reflejado también en el río. Lo miro, me mira, me sonríe, le sonrío. Bailamos toda la noche. Reclamando los olvidos De las cosas que nos dañan. Para volver a ser niños. Donde la cigüeña y los reyes. Eran la verdad más pura. Como lo es el cariño. Las musas se van acercando. ¡Por DIOS! ¡Que cuadro divino! Poesía que me llenas el alma descálzate y baja al río. Sumérgete en estas aguas donde todo es cristalino. Y abracémonos fuertemente. Aunque se moje mi vestido. El sol lo secará en la mañana. Cuando la noche haya partido. ¡Veo una niña que se ríe! Y un unicornio haciendo un guiño. Canto ensordecedor de ruiseñores porque ya ha amanecido Es mi alma que se goza, POR ESTE REENCUENTRO DIVINO. La vida amigos ¡LA VIDA! Debe ser transparente como un río. Que hay piedras ¡YA LO SE! Pero hasta sortearlas he aprendido. porque en el fondo quedarán Y yo ... y yo... ¡Ya me habré suspendido!
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Libia Beatriz Carciofetti // Argentina
MUCHOS BESITOS
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