Cierto día, una mujer llamada Ana fue a renovar su licencia de conducir. Cuando le preguntaron cuál era su profesión, ella dudó... no sabía bien cómo llamarla... el funcionario insistió: “lo que le pregunto es si tiene un trabajo”... “claro que tengo un trabajo", exclamó Ana... "Soy madre." "Nosotros no consideramos eso un trabajo.Voy a poner que es ama de casa", dice el funcionario, fríamente.
Una amiga suya, llamada Marta supo de lo ocurrido y quedó pensando al respecto, por algún tiempo. Un día, ella se encontró en idéntica situación. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura y eficiente.
El formulario parecía enorme e interminable! La primera pregunta fue: “cuál es su ocupación?" Marta pensó un momento y, sin saber bien cómo, respondió:
"Soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas” La funcionaria hizo una pausa... y Marta debió repetir lentamente, enfatizando las palabras más significativas. Luego de anotar todo, la joven osó indagar: "Puedo preguntar, qué es lo que hace... exactamente?"
Sin la menor duda, con mucha calma, Marta respondió: “desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa."
Pensando en su familia, ella continuó: "soy responsable de un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva, el grado de exigencia es de 14 horas por día, a veces... hasta 24 horas."
A medida que iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó un creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria, que finalizó el formulario sin hacerle más preguntas.
Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su equipo: una niña de 13 años, una de 7 y otra de 3...
"Mamá, dónde están mis zapatos?...mamá, me ayudas con la tarea?... mamá, el bebé no deja de llorar... mamá, me buscas de la escuela?... mamá, irás a verme bailar?... mamá, me compras...?... mamá..."
Subiendo la escalera, al piso superior de la casa, pudo oir a su más nuevo proyecto... un bebé de seis meses, ensayando un nuevo tono de voz.
Feliz, Marta tomó el bebé en brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus muchas responsabilidades... y horas interminables de dedicación...
Sentada en su cama, Marta pensó: "si ella era doctora en desenvolvimiento infantil y relaciones humanas... qué serían las abuelas?” Y luego descubrió un título para ellas: doctoras-sénior en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas. Las bisabuelas, doctoras ejecutivas sénior. Las tías, doctoras-asistentes...
...Y todas las mujeres, madres, esposas, amigas y compañeras: doctoras en el arte de hacer la vida mejor...!!!
En un mundo en el que se dá tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el área profesional...
Conviértase en una especialista en el arte de amar.!
Puede haber algo más importante?
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