LA NIÑA QUE LLEVO DENTRO
Muchas veces la niña que llevo dentro, tiene rabietas, me regaña me echa en cara…que en muchas ocasiones me recuerda que la saque, que le dé una vuelta, que pasee con ella, sonrisa al viento, que la agarre de la mano y mire a través de sus ojos, para recordar la lluvia y las tormentas son bonitas detrás del cristal, pero a veces es bueno mojarse la ropa y los zapatos saltar entre los charcos. Que ningún mal hay mirar entre las hormigas, sentir el cosquilleo de una de ellas corriendo por tu brazo, buscando la libertad. La emoción de comer una galleta de chocolate a escondidas….hacer pompas con el chicle y que hagan mucho ruido. Enjabonarte el pelo y hacer crestas y en la ducha ponerte a cantar como una loca. Volver a pintar con la cajita de pinturas esas casitas con chimenea que echan humo con sus árboles y que no falte la casita del perro, las nubes con su sol redondo con rayos rectos rodeándole. Lo reconozco….me divierte sacarla, me divierte dejarme llevar aunque termine agotada, con los pies ennegrecidos de ir todo el rato descalza y las uñas mordisqueas mientras veo los dibujos de la tele tirada en el sofá….insisto de vez en cuando está bien que salga.
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