Ya ni versos escribo, sólo queda este soñar de lágrimas teñido, y una queja distante en el olvido azul lejano de tu voz de seda.
Amor no es, es algo que remeda la desmembranza del rosal caído, donde ya ni las sombras hacen nido, ni el viento en rondas de cristal enreda.
Algo que ayer fue lirio de mi fuente, frescura de mi noche, y suavemente luminar en mi senda florecida.
Algo que en mi agonía aún retengo, porque es la única verdad que tengo y no puedo arrancarla de mi vida.
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