Deseo en mi boca tu boca, tu lengua quemante la quiero exprimir saciar la sed que tengo en mi entrada yo te deseo en mi fogosidad, lacerando mi fachada.
Deseo tu boca en mis pechos tus dientes mordiendo todo ése jardín y tu lengua regando ésos botones de camelias que tengo para ti.
Deseo tu boca en mi vientre, que tus labios lo hagan temblar, que fabriques en mi ombligo descomunal fiesta de palabras derramadas con furia y deseo, anunciando lo que quieres escalar.
Deseo tu boca en mi monte y que bajes suave a su humedal que bebas de ella y que dejes abierto el camino a mi abismo en donde mi morador distinguido que llevas erguido entre tus piernas pueda entrar y salir a darme lo que pide mi volcán.
Deseo tu boca gimiendo jadeando el placer que te logro enviar al cabalgar entregada a tu piel de ligadura quemante que tiene el timón de mi barca las riendas de mi cabalgadura el elixir de mi brebaje.
Deseo tu boca seca reposando en la mía diciendo mi nombre una y otra vez, temblando, exhalando tu olor, inhalando mi olor para quedarnos allí hasta que, ésta vez, seas tú quien desee mi boca en tu boca y comience mi exploración en tu geografía.