48°C en Australia durante una semana. Fue tal el calor que los koalas pedían a la gente agua para beber. Algo nunca visto antes.
Uno se refugió en una casa huyendo del calor y buscando un poco de sombra, y esto fue lo que pasó cuando el dueño de la casa le dio algo de beber.
"Hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma permanecerá dormida”.