Puedes escuchar a Dios todos los días.
Deberías escucharlo todos los días.
Dios espera que Sus hijos, los que lo conocen
personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra,
lo toquen a Él personalmente, directamente,
que hagan contacto directo con Él, y no a través
de la fe o las oraciones de otras personas.
Si te detienes unos momentos y
dejas de pensar en otras cosas,
y le das a Él tu atención,
escucharás al Señor.
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