NUEVO DÍA
Después de tantos días sin camino y sin casa y sin dolor siquiera y las campanas solas y el viento oscuro como el del recuerdo llega el de hoy.
Cuando ayer el aliento era misterio y la mirada seca, sin resina, buscaba un resplandor definitivo, llega tan delicada y tan sencilla, tan serena de nueva levadura esta mañana...
Es la sorpresa de la claridad, la inocencia de la contemplación, el secreto que abre con moldura y asombro la primera nevada y la primera lluvia lavando el avellano y el olivo ya muy cerca del mar.
Invisible quietud. Brisa oreando la melodía que ya no esperaba. Es la iluminación de la alegría con el silencio que no tiene tiempo. Grave placer el de la soledad. Y no mires el mar porque todo lo sabe cuando llega la hora adonde nunca llega el pensamiento pero sí el mar del alma, pero sí este momento del aire entre mis manos, de esta paz que me espera cuando llega la hora —dos horas antes de la media noche— del tercer oleaje, que es el mío.
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