Nace, sin querer, dentro de uno, asoma, sin que lo esperes, y se prende firmemente, por los ojos o el instinto.
Se comienza a navegar, sin horizontes, ni costas, y la quietud se transforma, en impulsos recurrentes...
Hay amores solitarios...
Hay amores obligados, sé esta junto, sin querer, al bien no amado...
Hay amores por convenios, hay amores apurados, castigados, cercenados, imposibles, olvidados, presionados, increíbles, ideales, calculados...
Hay amores por que sí...
Amores que a la distancia, llenan el alma, hasta desbordarla...
Pero aquel correspondido, ese que entra en las venas, ese que se detiene, solo en la inconsciencia.
Que aprieta las clavijas, que fermenta y endereza, ese que es un deseo, que se expande y concreta...
Amor correspondido, dulce embriagacion, que eleva el alma a su paso, y soporta todo por amor...
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