Si tienes un problema muy agobiante, una necesidad
muy grande en tu vida, tal vez el problema es que
monopolizas Toda la plática con Dios y no le estás
escuchando El Para nada.
¡Deja de hablar tanto y Toma tiempo para escuchar!
Escucha la Palabra de Dios. Quédate en silencio y
deja que Él te hable.
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