En esta historia los pequeñines ornamentales fueron salvados de un gnomicidio masivo. Todo empezó cuando una mujer de la localidad de Cootamundra, Australia, murió y dejó una notable colección de gnomos. Los nuevos propietarios de la finca iban a destruirlos.
Afortunadamente la Convención Australiana de Gnomos se enteró de esta injusticia y envió al "Gnome Master" David Cook a interceder por sus pequeñas vidas. Así fue como los enanitos de jardín sin hogar fueron recolectados en varios vehículos y se le halló hogares sustitutos.
Los nuevos dueños de los enanos rescatados los recibieron con alegría pero debieron prometer que los reunirán a todos el próximo enero para la famosa convención.