“Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz”. Colosenses 2:15. Se que estamos en una verdadera Guerra espiritual cada día. El enemigo de mi alma me ha declarado la Guerra. Hoy necesito estar confiado que ese enemigo ya fue derrotado en el Calvario. Pablo dice que al morir Jesús en la Cruz la primera cosa que hizo fue anular una deuda pendiente que yo tenía con mi Padre Celestial. El enemigo lo sabía y me tenía la factura para cobrarla, pero Gloria a Dios, que Jesús en el Calvario la anulo. Esto me hace pensar en un sello empapado con su sangre y ese sello tenia la palabra ANULADO…ANULADO..ANULADO. Desde ese momento toda mi deuda pendiente con Dios con la cual se cimentaban las acusaciones de Satanás contra mi, fue totalmente cancelada. No más cobros, no más demandas, no más embargos, no más preocupaciones, no más abogados ni citas a tribunales. He podido respirar en paz al saber que esa deuda fue anulada. Era una deuda muy grande ya que era una deuda contra el creador del Universo. Más Dios en su bondad envió a su hijo Jesucristo para cancelar todo eso. Toda acusación diabólica cayó por su propio peso. Las cadenas que me ataban se rompieron y algo nuevo comenzó. Comenzó la Libertad, el perdón, La Justificación y la Vida Nueva. Con cuanto gozo puedo ahora alabar a Dios. La angustia se desvaneció y la tortura espiritual se desintegró. Los cimientos del infierno que me amenazaban se tambalearon para dar paso a la entrada majestuosa del perdón hecho carne en Cristo Jesús. Hoy por eso puedo levantar mis brazos para alabar a Dios por haber cancelado mi deuda y ahora mi deuda con él es una deuda de Amor. Señor, Gracias porque cuando estaba destruido en las cuentas bancarias del alma, enviaste el mejor regalo para liberarme. Gracias por cancelar mi deuda. Ahora solo quiero vivir para ti con genuino amor. Amén.
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