Dos jueces se encuentran frente a frente a la salida de un hotel. Curiosamente cada uno de ellos iba acompañado por la mujer del otro.
Tras el primer momento de sorpresa, uno de ellos rompe el incómodo silencio. Educadamente dice: Vista la peculiar situación en la que nos encontramos, yo creo que lo CORRECTO es que cada uno de nosotros se vaya con su mujer a su casa ¿no cree?
A lo que responde el otro, también muy educadamente: Estoy de acuerdo con usted en que eso sería lo CORRECTO, pero no creo que fuera lo JUSTO, porque usted está saliendo del hotel y yo estoy entrando. Tenga la bondad de esperar aquí hasta que le reintegre a su esposa. Y entonces cada uno de nosotros se podrá ir con su mujer a su casa.
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