TRIUNFADORES
Esta historia ocurrió hace algunos años,
en las olimpíadas para personas con
discapacidad de Seattle,
también llamadas
"Olimpíadas especiales".
Nueve participantes,
todos con deficiencia mental,
se alinearon para la salida de la carrera de
los cien metros llanos.
A la señal, todos partieron,
no exactamente disparados,
pero con deseos de dar lo mejor de sí,
terminar la carrera y ganar el premio.
Todos, excepto un muchacho,
que tropezó en el piso, se cayó, rodó y comenzó a llorar...
Los otros ocho escucharon el llanto,
disminuyeron el paso y miraron hacia atrás.
Vieron al muchacho en el suelo,
se detuvieron y regresaron...
¡Todos! Una de las chicas, con síndrome de Down,
se arrodilló, le dio un beso y le dijo:
"listo, ahora vas a ganar".
Y todos, los nueve competidores,
entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.
El estadio entero se puso de pie y
en ese momento no había un solo par de ojos secos.
Los aplausos duraron largos minutos,
las personas que estaban allí aquél día,
repiten y repiten esa historia hasta hoy.
¿Por qué?, porque en el fondo,
lo que importa en la vida, más que ganar,
es ayudar a los demás para vencer,
aunque ello signifique disminuir
el paso y cambiar el rumbo.
Porque el verdadero sentido de la vida es que
TODOS JUNTOS GANEMOS,
no cada uno de nosotros en forma individual.
Ser capaces de disminuir el paso
o cambiar el rumbo,
para ayudar a alguien que en cierto
momento de su vida tropezó y que necesita de ayuda para continuar.
Disminuir el paso,
cambiar de rumbo y,
sobre todo,
que esto no sea un proyecto individual,
sino colectivo: entre todos ¡podemos!.
de la red
Feliz Martes
les desea con cariño su amiga
Princesa
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