Un hombre considerado durante cinco años como en estado vegetativo logró responder con «sí» y «no» a los médicos únicamente por medio de su pensamiento, reveló un estudio cuyas conclusiones fueron publicadas el miércoles por el New England Journal of Medicine.
En 2003, este hombre de 29 años, cuya identidad no fue revelada, sobrevivió a un grave accidente de tránsito, explicó en un comunicado la Universidad de Lieja (Bélgica), cuyos investigadores participaron en el estudio publicado por el semanario científico estadounidense.
El hombre, que no se puede mover ni hablar, «vive en un país de Europa del Este», y se considera que está en estado vegetativo.
Su actividad cerebral fue examinada sin embargo por medio de la técnica de escáner reciente llamada Imagen por Resonancia Magnética Funcional (IRMF), por los equipos de las universidades de Lieja y de Cambridge (Reino Unido).
Se vio entonces que cuando se le hacían preguntas simples, como «¿Su papá se llama Tomás?», las mismas zonas de su cerebro se activaban como en los individuos sanos.
«Estábamos aterrados cuando vimos los resultados del escáner del paciente.
Era capaz de responder correctamente a preguntas y esto simplemente modulando sus pensamientos, que eran luego descodificados por el sistema IRMF», declaró Adrian Owen, profesor de neurología en la Universidad de Cambridge.
El estudio se hizo en 23 pacientes diagnosticados en estado vegetativo. En cuatro de ellos (17%), fueron detectados «signos de consciencia» por esta técnica.
Personas aparentemente en coma «podían ser interrogadas sobre su dolor», explicó la neuróloga de Lieja Audrey Vanhaudenhuyse, quien subrayó, sin embargo, que «todos los pacientes en estado vegetativo no son conscientes».
La técnica IRMF «facilitará que pacientes expresen sus sentimientos y respondan a preguntas difíciles como la eutanasia», declaró por su parte el profesor de la universidad de Lieja Steven Laureys.
Esta historia recuerda otra revelada hace dos meses, la de Rom Houben, un belga víctima también de un accidente de auto que sus médicos consideraron equivocadamente como en estado de coma durante 23 años, antes de que el equipo del profesor Laureys descubriera que tenía conciencia de su entorno.
Este hombre de 46 se comunica ahora escribiendo palabras en un ordenador especialmente adaptado y planea escribir un libro