Voló mi corazón sin darme cuanta, cual alta la cima, mi ambición, solemne colorida y lisonjera; tu sonrisa, para mi, como la flor.
Albricia tu amor en mi sendero, suspenso mi deseo de conocer tu mística mirada de abolengo; donde no sé, si voy o vengo.
Cada tajada de viento me doblega como hoja colgada en rama seca, que cruje y queda suspendida... Así es mi ser, si no te tengo...
Un día nomas, cerré los ojos, intentando borrar de mi, tu imagen; sacudiendo el alma me hice libre de consejos, derrotas y de impropios.
Mis manos que se alzaron por los vientos, tratando de alcanzar el firmamento, se rinden sin obtener el cometido; bajan guardia, derrochando amor sincero.