Dios Dijo:
A veces, ustedes se sienten como
cayendo desde lo alto de la montaña. Sin embargo, amados, no existen
alturas desde las cuales caer. No hay lugares altos ni bajos. Cuando se
sienten cayendo de lo alto, están cayendo en la ilusión.
Los eventos y condiciones de sus
vidas cambian, pero el camino que recorren es firme y recto. No se
pueden caer. Pueden vagar y tomar desvíos, pero el camino en el que se
encuentran nunca se pierde de vista. Sólo lo físico les hace tropezar.
Sólo lo físico tiene esa capacidad.
Ustedes lamentan esto y aquello de la
vida. Se lamentan de las pequeñas cosas y con frecuencia olvidan el
océano del cual surgen. Hay mares que atraviesan, y su rumbo es recto,
y su destino seguro. ¿Por qué hay preocupaciones en su mente?
Allí es donde están las preocupaciones, sólo en su cabeza.
Mas es su corazón quien dirige el
viaje. Su cabeza crea la necesidad de reparar y desesperar, mientras
que su corazón siempre es un buen viajero. Su intelecto presiona sobre
su corazón. Sáquenselo de encima a su corazón. A su mente pensante le
gusta tener su momento de gloria, aunque esté fuera de foco. Ella vira
a la izquierda. La mente superpensante pretende ser quien les rescata,
sin embargo es dicha mente la que predice el peligro.
No digo que la mente no sea
importante. Digo que es muy importante. Se ha escabullido en su
corazón, y ahora se abre camino a empujones, pensando en su propio
favor y no en beneficio de ustedes. La lógica les decepciona una y otra
vez. No existe lógica en permitir a la mente ser más poderosa que su
corazón. Su mente hace tropezar a su corazón, y se queda mirando
astutamente, de brazos cruzados y con una mueca en su cara como si
siempre hubiera sabido que debería y no debería haberse hecho…
Con frecuencia su mente piensa "¿Qué
es lo inteligente ahora?¿Qué es lo hábil de hacer en este caso? Déjenme
brillar. Dejen que el corazón sea el sometido. Sólo es un bombín. Yo
regularé el corazón. Yo le diré qué hacer y cuándo. Yo soy más astuto.
Porque el corazón es un pequeño bote a remos, y yo soy un gran
transatlántico. Yo guiaré al corazón. El corazón necesita ser sometido.
No piensa por sí mismo. Yo le protegeré. Yo evitaré que salga
magullado. Yo le brindaré un pasaje seguro. Yo lo pondré bajo el mesón
y lo alejaré, dejándolo bajo mi supervisión. El corazón es como un
chico imprudente, mientras yo soy una sabio administrador".
Mas sin importar cuánto control
persiga la mente, sin importar cuánta desolación crea y culpe al
corazón, su corazón continúa latiendo, y es demasiado grande como para
ser constreñido en un lugar cerrado.
Francamente, su mente es un matón.
Atropella rudamente al corazón. La mente no tiene sensibilidad. Sólo
tiene pensamientos, y perpetuará sus pensamientos. SU mente se pone a
sí misma en el primer lugar, su brillo, su ostentación, mientras su
corazón es Mi Siervo. De alguna manera, su mente ha puesto un yugo a su
corazón, y le hace arrastrar una carga del pasado, siendo que el pasado
no es una carga que valga ser acarreada. Su mente fustiga a su corazón
hasta la sumisión, pero el corazón nunca olvida su verdadero lugar. SU
corazón es el príncipe encantado que está dormido bajo la apariencia de
un adulador.
Venga, conviértanse a Mi forma de
pensar. Incentiven a la mente para tener otros pensamientos, Incentiven
a su mente para preguntar frecuentemente "¿Qué es lo que el amor haría
acá? ¿Cómo se vería el amor en esta situación?
Y así la mente comenzará a escuchar
al corazón y a ponerse de rodillas para agradecer sus latidos, sus
dones hacia la humanidad y su lealtad hacia mi.