No, que no pase eso, que no se cambie por suspiro la intención del beso, que no se quede dibujado entre tus labios donde muere insatisfecho.
Ese beso, que aún te late, vive suspendido entre las alas de aquella mariposa escapada de mi pecho.
Dame el beso, que haga eterno mi momento, que se cuelgue de la luna y haga de la noche un enjambre de luceros, un regalo, un suceso.
Yo lo espero, no me importa que se tarde un mundo entero, está en mis labios como hueco, es el grito de un te quiero repetido como eco, una flama que brota como llanto placentero.
Desde siempre, he querido ser el dueño de ese roce que te arde, que te nace entre los labios, en su brillo Yo me veo, no lo dejes como un sueño, aún lo espero y en el fuego dorado de mi tarde, …lo deseo.
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