Grande fue el camino, que juntos recorrimos, mil arrullos de palabras, rebozantes dando calma, inundando sentimientos, que calaron muy adentro, en lo profundo de mi alma.
Aprendí la calma de tu mano, con tu cuerpo diste a mi cobijo, dádivas oferentes a mi alma, de tu serenidad que enternecía, despojaste de mi mente la agonía.
de tu sapiencia aprendí la dicha, que del entendimiento se deriva, y de tu humildad que la simpleza, es sin duda la mejor forma de vida.
Aprendí de tu amor la dulce entrega, sin recelos sin temor sin duda, el amor que obsequia y gratifica, el amor que todo lo dona y adjudica.