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LA FLOR...
Yo no quiero ser
de tu flor la espina.
Ni quien le cause
una sola herida
a tu vida
Si ese fuese
mi destino
arràncame
de tú camino.
No me cuides
ni me hables
No pongas un bozal
a tu cordero.
Déjame expuesta
a todos los inviernos,
niégame el riego.
Que te juro
la muerte prefiero
a herirte siquiera
con el pensamiento.
LUCIERNAGA
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