Llega un fulano una noche a un hotel y pide una habitación. El encargado le dice que sólo tiene una cama, en un cuarto compartido, pero que nadie la quiere, porque el otro huésped ronca muy fuerte.
El fulano, por estar demasiado cansado le responde que no hay problema y decide compartir la habitación...
A la mañana siguiente, el encargado pregunta si durmió bien.
- Perfectamente, ¡muchas gracias!
- ¿Y el señor de los ronquidos?
- Apenas entré en la habitación le di un beso en la mejilla y una palmadita en la nalga; y después de eso, él se pasó toda la noche con los ojos abiertos y con el culo pegado a la pared!!!!
MORALEJA: No hay grandes problemas ... sino grandes soluciones