Recostado bajo un árbol con mi vista fui envolviendo, las bellezas que brotaban inundando sentimientos; Con el tiempo consumido y la humedad que lleva el viento, me quede casi dormido y soñando con su aliento.
Envuelto en la hermosura de ese ambiente ensoñador, mi mente con la brisa la desearon con amor; Y al quedarme yo dormido no sé lo que pasó, en mi sueño allí estaba tan radiante como un sol.
Volamos en el viento sin ninguna dirección, vivimos los momentos que nos pide el corazón; Flotamos como nubes en el tiempo soñador, dejando atrás sin rumbo al destino innovador.
Mi alma consumida por el viaje de los dos, encontró en este sueño lo que ella siempre amó; Dulce fue llevarle en mis alas de algodón, por todos los parajes, que mi mente le mostró.
Contagiada de ternura que la brisa le dejó, en celeste sueño un día mi alma se enredó; No puedo yo olvidarme ni alejarla de mi mente, en ella y para siempre encerrada se quedó.
Casi al despertarme no pude contener... el llanto de mis ojos al no poderla ver; Buscaba por mi mente y en cada amanecer, y en todos esos sueños en que siempre la soñé.
Tal vez en lo vivido que dormido yo inventé... Ansié siempre encontrarla... Pero nunca la encontré.
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