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UN RAYO DE PLATA
Añoro tus besos que no he recibido, extraño tus brazos alrededor mío, anhelo palabras dichas en mi oído, sentir a tu lado lo nunca sentido. Soñar junto a ti, los cuerpos pegados, sentir ese abrazo que tanto he soñado, poner mi cabeza rozando tu pecho, tomarte la cara y llenarla de besos. Despertar y ver tus ojos cerrados, rozar con mis labios tus caídos párpados, cantarte quedito, velando tu sueño: duérmete cielico, duerme mi pequeño. Un rayo de plata llega hasta la cama, y suave, despacio, los cuerpos alcanza, tus ojos me miran y no dicen nada, lágrimas de dicha corren por mi cara.
Margot Arrizabalaga
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