Carta no entregada
Hola: Espero que estés muy bien, que Dios te cuide y te proteja por siempre.
¿Quién diría que un 14 de febrero te conocería, que cambiarías por completo mi vida, y que me dejarías una herida muy grande?
No sabes cuánto te añoro, cuánto te pienso, cuánto te suspiro, cuánto te quiero, y cuánto te extraño lamentando mucho no haberte hecho feliz, no haberte dicho que te quería.
Dime: ¿Qué me diste que no te puedo olvidar? Me pregunto muchas veces que fue lo que pasó, nunca hablamos y no sabes cuánto me dolió.
Debo decirte que me quedo con todos los bonitos recuerdos de ti, porque fui feliz junto a ti, y me hacías sentir bien.
¿Sabes? Un día escribí una carta y la quemé. Y al quemarla deseaba de todo corazón que todas aquellas palabras que se incineraban llegaran hasta donde tú estabas. ¡Imposible! ...sé que no es así.
A veces pienso que ya estás con alguien más, y no sabes cuánto me duele, pero yo quiero que seas muy feliz aunque no sea conmigo, que encuentres a un gran amor aunque yo quede destrozada.
Cada día pienso en ti, preguntándome: ¿Dónde estás? ¿Con quién estas? ¿Qué será de ti?
Me pregunto si pensarás un poquito en mí... Algo dentro de mí sabe que no, pero se engaña y cree que sí; y es por ti que soy feliz aunque no estemos juntos.
Sé que nunca leerás mis letras porque son de una carta que nunca llegará a su destino, perdóname, sólo quería decirte que te quiero y que siempre serás mi amor.
¡Cuídate y se muy feliz!
ALAS
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