Si pudiera, el amor, arrancar de mi cielo cataratas de lágrimas, ovejitas de sueños, que atrapan con sus hilos añoranzas y recuerdos.
Si pudiera calmar mis latidos inquietos, golpeando a la vida, golpeando al deseo en tu puerta cerrada, con sudor en mi cuerpo.
Si pudiera sentir la sed de tus anhelos sin caer al abismo, murmurando el secreto por la duda que habita en mi humano desierto.
Si pudiera romper tu muro del silencio con palabras sinceras, con palabras de afecto, abriendo a la verdad la dicha del encuentro.
Si pudiera oír tus callados sentimientos las preguntas de amor, las preguntas de celos, ensordeciendo mi alma con tus gestos internos.
Si pudiera mirarte en tus ojos el miedo, un temor de perderte, un temor de tu hielo que congela tu perdón como agujas de invierno.
Si pudiera, al fin, desvelar tu misterio, brotaría el abrazo, brotaría el deseo, se elevaría mi alma, que abrasaría tu cuerpo.
Si pudieras amar entregándote entero, brillaría la dicha, brillaría el destello con la ardiente pasión que se apagó en el tiempo. ¿Nacería el amor
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