A LAS DIEZ
Me quede guardado en el silencio que dibujaste esa noche, cuando hablamos los dos
en la llamada que tendría que ser corta para escuchar tu respiración; para saber como besas y como algún dia harás el amor
Me quede esperándote entre sueños,
me quede con tu voz, tu tacto y tus ecos,
me quede en el día que gane saberte; cuando descubrí
lo difícil que es pronunciar tu nombre
Me quede perdido a tu vuelta, y de tus respiraciones perdí la cuenta,
tu mirada me limpio la cara, y tu pecho respiro mi andar
ya estoy dentro de ti amor no lo puedes negar.
Ahora huye lejos, huye fuera,
vete para que mi sentir no te sienta
para no quedar de nuevo junto a tu numero
y para que el perfil del reloj no termine por matarme.
Por favor, huye:
quimera de mis dioses
verdugo de mis pasos
sacerdotisa de mis ritos
perpetua, vana, gloriosa.
Vete para seguir guardado en tu silencio
después de haber probado ya tu aliento
y por instantes haber sentido tu cuerpo
Vete ya ojos claros
Vete ya frágil figura
Vete ya dulce Iria
Vete, vete, largo.