Engalánate de luces,
Sevilla de mis recuerdos,
mírame por sevillanas
y alegra mis pensamientos,
tiéndeme otra vez tus calles,
dame tu olor y tus ecos,
llena mi alma a raudales
de horas inolvidables
bajo tu sol y tu cielo.
Jacarandas yo quisiera
para azular mi regreso,
y a mi lado el azabache
de aquellos ojos tan negros
que tu tierra me mostraban
rebosando amor y fuego,
y una triste madrugada,
sin besos y sin palabras,
se apagaron en silencio.
Que el Guadalquivir me traiga
otra vez amor y sueños,
la vista de tu Giralda,
tu belleza y tu misterio,
que el corazón se me encoge,
ansioso por el encuentro,
y emprende loco el galope,
ahíto de sensaciones,
mientras escribo estos versos.
D/A