A ti madre querida,
Que me protegías desde que me llevabas en tu vientre Hiciste de ti, un hogar para mí Acogedor y caliente.
A ti madre querida, Que desde el momento en que nací, Tu cuerpo estallo en lagrimas, Y deje de formar parte de ti.
A ti madre querida, Que me ofreciste tu cuerpo para vivir Presionándome contra tu pecho, Tu dulce y tierna leche consumí.
A ti madre querida, que fuiste lo primero que nombre Con un amor sin dimensiones, Me enseñaste a hablar y a caminar también.
A ti madre querida, Que recuerdas con melancolía aquel bebe guardas mis fotos, mis dibujos Y los juguetes con los que alguna vez jugué.
A ti querida madre, Que tratas de aconsejarme tratando de que la vida no me golpee Aunque el camino equivocado siempre tome.
A ti querida madre, Te doy gracias por traerme al mundo Gracias por verme realizar mis sueños, Aunque me gustaría que realices los tuyos.
Oh, madre querida, Usaré todo el mar como tinta, Para escribirte un poema tan largo como tu vida Y entiendas cuanto te quiere, tu hija querida.
(Daniela Aragunde)
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