Hombres de palabra
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre)
, lleno de gracia y de verdad.”
Juan 1:6
Una de las señales importantes de la hombría es la palabra.
Antiguamente no era necesario firmar papeles con tantas cláusulas, sólo era necesaria la palabra
de la persona que hacía el acuerdo.
Nadie quebraba eso porque era una cuestión de dignidad.
La palabra de un hombre es muy importante porque es la expresión de su naturaleza, marca su carácter.
Esto es una verdad hoy como lo fue ayer, porque Dios así lo ha establecido.
Jesús es la palabra encarnada.
Él y su palabra son uno como usted y su palabra también lo son.
Por eso es importante que se conforme a la imagen de Dios.
Este es el tiempo de los hombres y mujeres de Dios que respetan su palabra.
Quien tiene respeto por la Palabra de Dios, tiene respeto por su propia palabra.
Debemos limpiar nuestro modo de hablar, quitar toda mentira o exageración y hablar verdad.
Un hombre de palabra no puede mentir en una solicitud de trabajo,
ni decirle a sus hijos que lo va a llevar a pescar o al parque y luego decirle que no.
Eso defrauda la confianza de los niños ellos confian en usted y forma una mala imagen del padre.
Un esposo no puede decirle a su esposa que va a cambiar y nunca hacerlo,
la confianza llegará hasta el límite de la verdad.
Todo_se_resiente_y_se_vuelve_inestable_cuando_no_se_es_un_hombre_de_palabra.
Debemos seguir el ejemplo de nuestro Padre.
Cuando Dios dio una promesa siempre la cumplió.
Él es fiel y verdadero y su palabra permanece para siempre.
¿No le da esto seguridad a usted? Entonces refleje lo mismo que su Padre,
mantenga su palabra, mantenga su integridad aunque a veces aparentemente le lleve a pérdida.
Pero le aseguro que no será así porque Dios lo honrará y lo exaltará por su fidelidad.
Oración:
Dios mio, ayúdame a ser un hombre de palabra.
Sé que estás haciendo una buena obra en mí y que la irás perfeccionando.
Yo me dispongo a caminar en integridad con tu ayuda.
Gracias Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Yair