A la manera de Dios
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“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová.” Isaías 55:8
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Quiero comenzar mostrándole tres áreas en las cuales el enemigo (el diablo) trabaja mucho para frustrarnos, generarnos impotencia:
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1.
L** personalidad.
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2.
L** debilidades.
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3.
L** situaciones problemáticas.
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Pero como contrapartida frente a este ataque Dios nos dio las armas poderosas para vencer:
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1.
El *dominio propio.
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2.
L** semilla.
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La victoria viene por la semilla de la Palabra que es plantada en su vida.
La Palabra dice que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos sino que son más elevados porque son de la esfera espiritual, están a otro nivel.
Hay una diferencia entre lo que nosotros pensamos y lo que piensa Dios.
Por eso tenemos que ir cambiando algunos patrones de pensamiento.
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Entienda por favor esto hoy,
"jamás va a acomodar a Dios a su manera de pensar".
"Usted" es el que tiene que acomodar sus pensamientos a los de Dios.
Para ello tiene que empezar a darle más lugar a la meditación de la Palabra.
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¿Cómo lo puede hacer? Con los pensamientos, con su mente.
Porque meditar tiene que ver con poner la Palabra de Dios (sus pensamientos) en su mente.
Entonces la Palabra hará la obra completa.
Producirá en su vida todo lo que Dios ha planeado para usted.
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En Lucas 10:19 dice que tenemos autoridad sobre toda obra del enemigo.
Tenemos autoridad sobre los pensamientos y también sobre las emociones (las podemos controlar).
Usted tiene el dominio propio para no enojarse, por ejemplo, con las personas sino enojarse con la situación.
Cuando usted se deja gobernar por las emociones y no aplica el dominio propio, se vuelve vulnerable ante los ataques del enemigo, le da lugar entiende las estrategias del enemigo.
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Es muy importante que medite día y noche en la Palabra de Dios para que pueda pensar como él, hablar como él y actuar como él.
Sólo así estará preparado para vencer los ataques del enemigo.
Usted es un vencedor.
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Oración: Padre, hoy entendí que tengo que poner tus pensamientos en mi mente mediante la meditación de tu Palabra.
Gracias porque sé que el enemigo ya está vencido.
Lo creo, en el nombre de Jesús, amén.
los bendigo
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