Sanidad por la Palabra
“Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” Mateo 4:23
Usted puede aspirar a que la unción de Jesús llene su vida hasta el punto de que funcione todo el tiempo.
Las intenciones de Dios están claramente escritas en su Palabra.
Dios envió a Jesús a esta tierra, a impartir sanidad a todos.
Y desde entonces el deseo del Hijo de Dios es idénticamente el mismo hoy, como era ayer y será por siempre.
Usted puede experimentar hoy un milagro de sanidad divina.
No deje pasar esta oportunidad.
Puede que a su lado vea personas que aún continúan enfermas; pero eso no significa que Jesús no haya provisto su sanidad.
Él sigue ocupado en el tema de sanar a todos los enfermos de la misma manera que lo hacía en Galilea.
Mateo 14:14 dice que Jesús se movió a compasión y entonces los sanó a todos.
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
Compasión es una manifestación del amor.
Él enseñaba, Él predicaba, Él era movido por amor y Él sanaba a todos.
Desde entonces, Él es la expresión del Amor.
Él es el Amor.
Usted no puede separarlo a Él del Amor.
Siempre se mueve por amor y con compasión.
Jesús está continuamente ministrando sanidad hacia nosotros.
Nuestra sanidad no depende de experiencias de otros cristianos.
Nuestra sanidad está basada en la Palabra de Dios.
Algunos de nosotros hemos conocido a grandes cristianos que no se sanaron, y pensamos que será igual con nosotros.
Pero no sabemos que ocurrió entre ellos y Dios, no podemos saber la experiencia entre el hombre y Dios.
Usted puede recibir su sanidad, porque Dios la ha provisto en Su Palabra.
Él dejó escritas sus promesas para que usted las lea, medite en ellas y las crea, y reciba usted mismo su milagro.
Él lo ama y por eso envió a Jesús, para salvarlo, para liberarlo y para sanarlo.
Hoy puede recibir su sanidad, no basado en la experiencia de otra persona, sino basado en la Palabra de Dios.
Sólo necesita saber, creer y confesar que la sanidad es suya, que está sano/a por la obra de Jesús.
Él todavía está ocupado en el tema de su sanidad.
Oración: Padre, confieso mi fe en la Palabra de Dios, y recibo de ella y he recibido la sanidad para mi cuerpo y mi alma. Es eterna y no falla jamas.
Señor te ruego fe para mis hermano/as y esa sanidad divina En el nombre de Jesús. Amén.
Los bendigo .... Lidia
|