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De: PEDRO PABLO 2  (Mensaje original) Enviado: 29/07/2010 03:20

 

FELIZDIADELAMADRERETO2_1x1CABEZA.jpg picture by rossy_mibebe

                    

“Sean bondadosos y compasivos unos con otros, y

perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó

a ustedes en Cristo  (Efesios 4.31)

 Como parte del argumento central de no agraviar al Espíritu

Santo Pablo contrasta la amargura, la ira y el enojo contra

la compasión y el perdón hacia el hermano. La base para la

compasión y el perdón al otro está en la persona y obra

de Cristo. Cristo es el fundamento sobre el cual se construye

la posibilidad de reconciliación con el otro. El Dios

compasivo nos invita a ser compasivos.
Sin duda, la obra de redención y restauración de todas

las cosas comienza en el mismo corazón de Dios. Es Dios

quien toma la iniciativa en restaurar al ser humano. La

obra de redención comienza por la clara acción de Dios a

favor nuestro: ofrecernos la oportunidad del perdón eterno

por medio de la obra de Cristo.

El Dios compasivo es aquel que siente como nosotros y se

compadece. La etimología de la palabra compasión significa

precisamente esto: sentir con el otro. Este sentir no es

solamente un sentir a distancia, una simpatía, es un

sentir que toca las profundidades del ser. Fíjense que a lo largo

de toda la historia de salvación la compasión de

Dios se resalta

en los momentos más dramáticos del pueblo de Dios o

del individuo creyente. Dios sacó a Israel de Egipto por que

tuvo compasión, Dios los libró de sus enemigos por compasión,

Dios perdonó a David por compasión, Dios no es un Dios

de ira sino un Dios compasivo.
En la persona de Jesús la compasión se manifiesta de

forma concreta y está a disponibilidad de todo aquél que

esté listo para recibirlo. Los que reciben sanidad, los que

son liberados de demonios, los que han robado y están

arrepentidos, los que se confiaban en su propia religiosidad

para ser salvos, todos reciben de una u otra forma la

compasión de Dios.

Para recibir lo máximo de esta compasión – digo lo máximo

porque aun aquel que no reconoce a Dios también recibe

su compasión-, es necesario reconocerse pecador y arrepentirse

para experimentar el gran amor de Dios en Cristo.

Ahora bien, la compasión de Dios no sólo es para ser disfrutada

en la intimidad de mi ser.- Dios espera que sus hijos sean compasivos

como él es compasivo. El cristiano se sabe por naturaleza una

persona que ha recibido la tremenda gracia de Dios en Cristo.

El cristiano crece a imagen de Cristo cuando se da en gracia como

Cristo se dio. El cristiano que no da gracia, que no expresa amor

no refleja la naturaleza de su Padre celestial. Por eso es que siempre

digo que todo hijo de Dios bien nacido es compasivo por naturaleza.

El cristiano, al igual que su Padre extiende siempre la mano de

misericordia. El cristiano lo único que hace es compartir

imperfectamente la gracia que ha recibido y recibe constantemente

del Padre. Somos hijos del Dios compasivo y por lo tanto se

espera de nosotros que seamos compasivos.La compasión y perdón

empiezan por casa, la compasión y el perdón se deben

manifestar en primer lugar en el contexto de la familia y de

la familia espiritual. Siempre es más fácil ofrecer compasión

y perdón al que no tengo cerca. Me resulta mucho más fácil

animar a otros a ser compasivos con el que está en desgracia o con

el sufre la escasez que con aquél que tengo cerca. Por eso es que

tanto el Señor como Pablo mismo insisten en la exhortación a amarse

unos a otros:

- “Perdónanos nuestras deudas como también nosotros hemos

perdonado a nuestros deudores” (Mt. 6.12)

- “ Si tu hermano peca contra ti, ve a solas y hazle ver su falta.

Si te hace caso has ganado a tu hermano” (Mt. 18.15)

- “...así también mi Padre celestial los tratará a uds., a menos que

cada uno perdone de corazón a su hermano” (Mt. 18.35)

- “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán

la ley de Cristo” (Gá. 6.2)

- “ Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el

amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó

Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al

mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste

el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él

nos amó y envió a su hijo para que fuera ofrecido como sacrificio

por el perdón de nuestros pecados. Ya que Dios nos ha amado así,

también nosotros debemos amarnos los unos a los otros” (1 Jn. 4.7-12)
Amamos y perdonamos porque él nos amó primero.

¿Cuál es el contexto en el cual es más difícil aplicar el principio

del amor y el perdón?
En casa: con mi esposa, hijos. He descubierto que siempre me es

más fácil amar y perdonar al que veo de vez en cuando que aquél con

el que mantengo una cercanía y una intimidad continua. El principio

del amor, la compasión y el perdón debe aplicarse en primer lugar en

el contexto de las relaciones matrimoniales, padres e hijos,

hermanos/as. Muchas veces somos más duros, exigentes e

intolerante con aquellos que están cerca. El examen de la compasión

se aprueba con aquellos que me rodean.
El mismo principio se aplica para la comunidad. Es en el

contexto de las relaciones fraternales donde se nos desafía a

perdonarnos unos a otros. Pablo no está pensando en el de afuera,

Pablo está pensando en aquél que es mi hermano/a. En aquél que

es parte del pueblo de Dios.

¿Cómo podemos crecer en la compasión y el perdón?

Ante todo orar para que el Señor nos de la capacidad de comprender

espiritualmente que el fundamento de nuestro perdón y compasión

mutua es Cristo y no meramente nuestros buenos deseos o buena onda.

 

PEDRO PABL0

                           

FELIZDIADELAMADRERETO2_3x1PIE.jpg picture by rossy_mibebe

 



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