Nunca dejes de hablar con Dios y contarle tus problemas, pues muchas personas buscan a alguien con quien hablar y desahogarse,
sin embargo no hablan con el único que siempre va a escuchar con misericordia y paciencia, sin sacar a relucir tus errores.
Busca a Dios de corazón y cuéntale tus problemas, pues El siempre te acompaña y te cuida… lo creas o no… te guste o no… El nunca te abandona… porque te ama.