ENSEÑAME A ESTAR EN TU PRESENCIA
Señor, enséñame a entrar y permanecer en tu presencia, encontrarte a cada instante, en cada necesidad de mi existencia. Buscarte en los confines de mi soledad interior y centrarme en tu grandeza que rodea mi pequeñez.
Quiero cerrar los ojos y mirar tu cielo inmenso que me rodea pero que al mismo tiempo está dentro de mi. Quiero aprender a levantar mis manos imaginarias para alcanzarte mientras mis rodillas se doblan ante tu paz.
Aprender a buscarte de todo corazón, en mis circunstancias, en mi actividad y en mi descanso. Sobre todo en la necesidad imprevista que trae, como tormenta de angustias, mis luchas internas.
Te invocaré, clamaré, pediré, llamaré, haré todo lo que me dices cuando mi enemigo desconocido me alcance y te buscaré en este lugar donde no hay nada externo que me perturbe para poder escuchar tu voz. Se que te encontraré en el fondo de mi corazón y allí estará también tu respuesta... Vendré al encuentro de protección, de tu sabiduría, de tu consuelo, de tu dirección, de tu paz: al encuentro de mi libertad, tu luz me rodeará.
Tu me hablarás y yo te escucharé, pero rendida en tu presencia sintiendo como se acallan los coros de voces de angustia. Yo te hablaré y tu me escucharás, y me responderás. Reconoceré que solo dependo de ti y vendré a rogarte. Se que te encontraré cara a cara, cuando te busque de todo corazón. ¡Enséñame a retener en obediencia tu compañerismo permanente!. ¡Enséñame a confiar, a hacerte la voz que dirige mis emociones y mis sentimientos!. Quiero encontrarte en todo tiempo. He de llegar con un corazón humillado y encontrarte en oración y adoración. Gracias, Mi Amado.
Graciela