Matrimonios que Oran por una lucha feroz
"Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los edificadores"
(Salmo 127:1) Cuando no enamoramos amamos a ese ser unico y precioso que Dios nos presta, nos ponemos de novios, despues nos comprometemos y nos casamos, creemos que nada va a derribar nuestro matrimonio, sin embargo, muchas veces hay que tener olfato y sentidos bien definidos para detectar todo, y son "las pequeñas zorras" las que hacen que la comunicación, la confianza, la unidad sufra quiebres., no debemos dejar ninguna puertita abierta, hay que cuidar muy bien eso fundamentalmente, porque sino el enemigo puede entrar a morar en el medio. ¿Qué hará que afirmemos y consolidemos más y más nuestro matrimonio..?La relación íntima, individual y personal con el Señor, pero también, y de manera indiscutible, imprescindible y absoluta, nuestra relación como pareja ante el Señor. Muchas parejas llegan a separarse y ambos tienen una relación con Dios, y nos preguntamos cómo puede ser que lleguen a eso, sin embargo muchos matrimonios hoy; y muy cerca de nosotros se están divorciando. Implementemos una lucha "feroz", en contra de lo que el enemigo pretende hacer: dividir-destruir-robar, y unámonos en oración, unos por otros como parejas en casa, pero hagamos un frente fuerte como matrimonios cristianos que oran unos por otros, y matrimonios orando por matrimonios. Esto es muy bueno, y a los ojos del Señor, agradable y un vital mandamiento. Nos juntamos y oramos, quizá surja la necesidad de compartir la particularidad o necesidad que esté atravesando alguna pareja, pero lo fundamental es que oraremos levantando un muro de contención ante los ataques del enemigo y dejando ante el Señor lo que dentro de la pareja puede ser un detonante. Porque queremos continuar con nuestro cónyuge, porque amamos a nuestro cónyuge, porque queremos que el Señor esté siempre en nuestra casa, con cada uno ayudándolos, enseñándonos, exhortándolos y sosteniéndolos es que vamos a Él. Si Él no edifica la casa, en vano trabajan los edificadores. Hagámosle parte fundamental de nuestro matrimonio, y no correremos riesgos. Dios los bendiga y los guarde de todo ataque del maligno, los cubro con la sangre de preciosa de Cristo queridos matrimonios hermanos del Señor con amor
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