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La mente de los creyentes debía ser dirigida al Santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo.Guardad mis sábados y respetad mi santuario. Yo, Yahveh.Leviticos 19:30.
El santuario y el sábado.
La Tierra a la santa ciudad, donde vi un templo en el que entré. Antes de llegar al primer velo pasé por una puerta. Ese velo se levantó y entré en el Lugar Santo, donde vi el altar del incienso, el candelabro de siete lámparas y la mesa con los panes de la proposición. Después de ver la gloria del Lugar Santo, Jesús levantó el segundo velo y pasé al Lugar Santísimo.
“En el Santísimo vi un arca, cuya cubierta y cuyos lados estaban recubiertos de oro purísimo. En cada extremo del arca había un hermoso querubín con sus alas extendidas sobre el arca. Sus rostros estaban frente a frente y miraban hacia abajo. Entre los ángeles había un incensario de oro, y sobre el arca, donde estaban los ángeles, un resplandor sumamente luminoso que se semejaba a un trono donde mora Dios. Junto al arca estaba Jesús, y, cuando las oraciones de los santos llegaban a él, el humo del incienso surgía del incensario y Jesús ofrecía a su Padre esas oraciones con el humo del incienso. Dentro del arca estaba el vaso de oro con el maná, la florida vara de Aarón y las tablas de piedra, que se plegaban la una sobre la otra como las hojas de un libro. Jesús las abrió, y vi en ellas los Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios en el Sinaí Éxodo 31:12,18Exodo 20:1,17 . En una tabla había cuatro, y en la otra seis. Los cuatro de la primera brillaban más que los otros seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado séptimo día , brillaba más que todos; porque el sábado fue puesto aparte para que se lo guardara en honor del santo nombre de Dios. El santo sábado resplandecía; lo circuía un nimbo de gloria. Vi que el mandamiento del sábado no estaba clavado en la cruz, pues de haberlo estado, también lo hubieran estado los otros nueve, y tendríamos libertad para violarlos todos, así como el cuarto. Vi que, por ser Dios inmutable, no había cambiado el día de descanso”..
El Arca y la ley en el santuario celestial
“Los amonesto: no coloquen su influencia contra los mandamientos de Dios escrita en el Sinaí dedo de Dios . Esa ley es tal como Jehová la escribió en el templo del cielo. El hombre puede hollar su copia terrenal, pero el original se conserva en el arca de Dios en el cielo; y sobre la cubierta de esa arca, precisamente encima de esa ley, está el propiciatorio. Jesús está allí mismo, delante de esa arca, para mediar por el hombre” “
“Podría decir mucho con respecto al Santuario; del arca que contiene la ley de Dios; de la cubierta del arca, el propiciatorio; de los ángeles a ambos lados del arca; y de otras cosas relacionadas con el Santuario celestial y con el gran Día de la Expiación. Podría decir mucho acerca de los misterios del cielo; pero mis labios están cerrados. No siento inclinación por tratar de describirlos”
Con los ojos fijos en el santuario celestial .
En ningún momento debemos perder de vista la importante obra que se está haciendo en favor de nosotros en el Santuario celestial. Se nos amonesta:
“Como pueblo, debemos ser estudiantes fervientes de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos claramente el tema del Santuario, el cual está expuesto en las visiones de Daniel y de Juan. Este asunto arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual, y nos da una prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el Santuario que debía ser purificado no era la Tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el Lugar Santísimo del Santuario celestial y allí está realizando la obra final de su oficio sacerdotal, en cumplimiento de las palabras del ángel comunicadas al profeta Daniel: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado’.
“Nuestra fe con referencia al mensaje de los ángeles primero, segundo y tercero era correcta Apoc CAP 14:6,13 . Los grandes hitos por los cuales hemos pasado son inamovibles. Aun cuando las huestes del infierno intenten derribarlos de sus fundamentos, y triunfar en el pensamiento de que han tenido éxito, no alcanzarán su objetivo. Esos pilares de verdad permanecen firmes como las montañas eternas, sin ser conmovidos por todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y su hueste. Podemos aprender mucho, y debemos estar constantemente escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios ha de tener ahora sus ojos fijos en el Santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde él está intercediendo por su pueblo.
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Dios nos ha dado sus mandamientos escrito con su propio dedo en el Sinaí (Éxodo 20:1,17Exodo 31:12,18) , no sólo para que creamos en ellos, sino para que los acatemos. Cuando el gran Jehová echó los cimientos de la tierra y adornó el mundo entero con su manto de belleza y lo llenó de cosas útiles al hombre; cuando hubo creado todas las maravillas de la tierra y del mar, instituyó el sábado y lo santificó Génesis 1:1Genesis 2:1,4 Éxodo 20:8,11. Dios bendijo y santificó el séptimo día porque había descansado en él de toda su maravillosa obra de la creación. El sábado fue hecho para el hombre, y Dios quiere que en ese día dejemos de lado nuestro trabajo, así como él descansó después de trabajar seis días en la creación.
Cuando a los que reverencian los mandamientos de Jehová se les haya dado la luz con referencia al cuarto precepto del Decálogo sábado séptimo día , lo obedecerán sin cuestionar la posibilidad o conveniencia de una obediencia tal. Dios hizo al hombre a su imagen, y luego le dio ejemplo al observar el séptimo día que había santificado. Ordenó que en aquel día el hombre lo adorara y no se entregase a ninguna ocupación mundana. Nadie que desprecie el cuarto mandamiento después de haber recibido luz acerca de las exigencias del sábado puede ser tenido por inocente a la vista de Dios. El que desprecie e sábado séptimo día y la ley del Sinaí junto con la intersección de Cristo en el santuario celestial tendrá la marca de la bestia y su imagen y las plagas del Apocalipsis 16 .y la muerte eterna Apoc 19:20,21.
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carácter sagrado de la ley de Dios Éxodo 20:1,17Exodo 31:12,18 .
El sacrificio exigido por su transgresión reveló a Adán y a Eva el carácter sagrado de la ley de Dios; y vieron, como nunca antes, la culpa del pecado y sus horrorosos resultados.—
La ley de Dios existía antes que el hombre fuera creado. Los ángeles eran gobernados por ella. Satanás cayó porque transgredió los principios del gobierno de Dios. Después que Adán y Eva fueron creados, Dios les hizo conocer su ley. Esta no estaba escrita entonces, pero les fue repetida por Jehová...
Después del pecado y la caída de Adán, nada fue eliminado de la ley de Dios. Los principios de los Diez Mandamientos existían antes de la caída, y eran de una naturaleza que se ajustaban a la condición de un orden de seres santos.—
Esos principios fueron formulados al hombre más explícitamente después de la caída, y enunciados para satisfacer las necesidades de seres inteligentes caídos. Esto fue necesario a causa de que la mente del hombre había sido cegada por la transgresión.—
Entonces se estableció un sistema que requería el sacrificio de animales, con el fin de mantener delante del hombre caído lo que la serpiente había hecho que Eva no creyera: que la paga de la desobediencia es la muerte. La transgresión de la ley de Dios hizo necesario que Cristo muriese como sacrificio, para así proporcionar al hombre una vía de escape de su castigo y al mismo tiempo preservar el honor de la ley de Dios. El sistema de sacrificios debía enseñar humildad al hombre, en vista de su condición caída, y conducirlo al arrepentimiento y a confiar sólo en Dios, por medio del Redentor prometido, para obtener el perdón por las pasadas transgresiones de su ley.—
El sistema de sacrificios fue trazado por Cristo mismo, y dado a Adán para que tipificara al Salvador que habría de venir.—
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carácter sagrado de la ley de Dios Éxodo 20:1,17Exodo 31:12,18 .
El sacrificio exigido por su transgresión reveló a Adán y a Eva el carácter sagrado de la ley de Dios; y vieron, como nunca antes, la culpa del pecado y sus horrorosos resultados.—
La ley de Dios existía antes que el hombre fuera creado. Los ángeles eran gobernados por ella. Satanás cayó porque transgredió los principios del gobierno de Dios. Después que Adán y Eva fueron creados, Dios les hizo conocer su ley. Esta no estaba escrita entonces, pero les fue repetida por Jehová...
Después del pecado y la caída de Adán, nada fue eliminado de la ley de Dios. Los principios de los Diez Mandamientos existían antes de la caída, y eran de una naturaleza que se ajustaban a la condición de un orden de seres santos.—
Esos principios fueron formulados al hombre más explícitamente después de la caída, y enunciados para satisfacer las necesidades de seres inteligentes caídos. Esto fue necesario a causa de que la mente del hombre había sido cegada por la transgresión.—
Entonces se estableció un sistema que requería el sacrificio de animales, con el fin de mantener delante del hombre caído lo que la serpiente había hecho que Eva no creyera: que la paga de la desobediencia es la muerte. La transgresión de la ley de Dios hizo necesario que Cristo muriese como sacrificio, para así proporcionar al hombre una vía de escape de su castigo y al mismo tiempo preservar el honor de la ley de Dios. El sistema de sacrificios debía enseñar humildad al hombre, en vista de su condición caída, y conducirlo al arrepentimiento y a confiar sólo en Dios, por medio del Redentor prometido, para obtener el perdón por las pasadas transgresiones de su ley.—
El sistema de sacrificios fue trazado por Cristo mismo, y dado a Adán para que tipificara al Salvador que habría de venir.—
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