A los 50 años
Si eres capaz de mirar los viejos años
en este instante y desde el punto al que has llegado
y evocando cada trecho en sus peldaños
te das cuenta que amaste y te han amado.
Si aún perdura en ti la adolescencia
y conservas los amigos de esa instancia.
Si aprovechas cada caso y su experiencia
distinguiendo el mal olor, de la fragancia.
Si has sabido del orgullo de ser padre
y por tus hijos aceptado como guía.
Si en tu piel aún perduran las caricias de tu madre.
Has aprobado esta etapa de la vida.
Hugo F. M. Otero
Rafael de Córdoba, España.