Nos guste o no, en la vida siempre habrá algo a alguien que nos haga sufrir.
Pero indiscutiblemente, la mujer es muy hábil y capaz de ingeniárselas para resolver sus problemas (principalmente los de tipo amoroso y sentimental), las mujeres sabemos que todo tiene solución en esta vida, todo menos una cosa: ¡La muerte!
Pero de manera ilusa, a la mujer se le ha hecho creer ingenuamente que cuanto más sufra en la tierra, más pronto se ganará el cielo con todo y (zapatos), sus estrellas y hasta uno que otro cometa loco por allí ¡Qué estupidez! ¿En qué cabeza cabe eso? ¡Por favor!
No hay fórmulas mágicas para resolver los problemas sentimentales a corto plazo por cierto amigas queridas, y la mujer tiene que recurrir (en última instancia), a las lágrimas que llueven desde su alma, para lavar tantos pesares y tomar nuevas fuerzas para seguir adelante. El hombre se va muy saleroso, huye del campo de batalla, y huye como lo hacen los cobardes, tirando la toalla, aventando la pedrada y escondiendo la mano en los bolsillos rotos de su pobre corazón de piedra.
Es una falacia que la mujer no esté preparada ni capacitada para resolver todos sus problemas sin la ayuda del hombre. Si está comprobado que muchas veces teniendo a un hombre a su lado, los problemas se le hacen más densos, más graves y doblemente difíciles de resolver. Entonces no hay tal supuesto de que el hombre nació para resolverle los problemas a la mujer ¿Quién dijo eso, o dónde está escrito? ¡patrañas!, puras cosas que inventa la gente.
Siento que son precisamente las lágrimas del alma, los caudales de lluvias divinas quienes bañan en su río de espíritu, a la gran fuerza que posee la mujer para sobresalir ante tantos tormentos y carencias de la vida. Es una especie de manantial de donde fluye o emana agua nueva, agua de vida, agua que quita la sed, alivia como bálsamo al corazón y descansa el alma de tantos sufrimientos.
¿Saben ustedes amigas por qué después de mucho llorar termina la mujer abrazada a los suspiros? Alguien dijo que era porque los suspiros son aire que nos sobra, por algo que nos falta, y yo me pregunto: ¿Entonces las lágrimas del alma, tendrán algo que ver con la respiración? O simplemente son exhalaciones a manera de escape de los sentimientos impotentes o reprimidos? Sea lo que fuere, lo único cierto es que un suspiro nos lleva al relax más profundo y sobre todo a dejar salir el más tierno de los gemidos que hacen descansar al alma.
Entonces es verdad que las lágrimas lavan el alma, fortalecen el temple de la mujer y nos ayudan a tomar grandes decisiones, pero la mujer no puede darse el lujo de pasarse toda la vida llorando por cualquier cosa. Si la dejó el marido llora, si se quedó también llora, si llueve llora en la tarde gris, o si deja de llover llora más su añoranza… ¡Caray! Tanto lloran algunas mujeres que ya sus lágrimas quedan totalmente desvirtuadas. ¡No puede atraer nada bueno tantas lágrimas!
Pero si hay que llorar, que al menos sea por algo o por alguien que realmente valga la pena y no por nimiedades o caprichos enfermizos que a la larga serán más dolorosos. ¿Te dejó tu amor? ¡Déjalo ir! Quítale su altar en el que lo tenías, ya te demostró que no lo vale. ¿Te mintieron, te engañaron y te traicionaron mujer? ¡Excelente, mucho mejor para ti! ¿O vas a regalarle tus lágrimas a un ladrón que encima de traidor resultó ser un hombre cobarde, cínico, ruin y mentiroso? ¿A esa “cosa con patas” le lloras tanto mujer?, puf… ¡ni que valiera tanto la pena!
Aprende a dominar tus emociones, suelta esos sentimentalismos pasajeros, levanta la cara, sé digna y aprende a ver las cosas tal cual son, sin mirar hacia atrás y sin mezclar sentimientos ¡Date a valer!, ¡Hazte oír, hazte respetar! Pero sobre todo… otorga gratis la concesión de que aprendan a amarte como tú lo mereces y llora si; pero solamente cuando tengas que llorar, porque recuerda que los logros, siempre llegan después de las lágrimas.
¿Eres una mujer llorona amiga querida? Cuéntanos tu historia.
Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.