Se conocen en un bar.
Después de dos copas, ella, muy sensual y vanidosa, pregunta:
-¿Qué edad crees que tengo?
-Por la mirada, menos de 25 años, por tu piel, unos 20 y por ese cuerpo, 18.
-¡Madre mía! Tú sí que sabes seducir a una mujer. Y ahora ¿qué vas hacer?
-La suma.