Esta
historia transcurre en el Japón durante un período de hambre.
Un campesino
que no tenía con qué alimentar a su familia se acuerda de la costumbre que
promete una fuerte recompensa al que sea capaz de desafiar y vencer al maestro
de una escuela de sable. Aunque no había tocado un arma en su vida, el campesino
desafía al maestro más famoso de la región.
El día fijado, ante numeroso público,
los dos hombres se enfrentan. El campesino, sin mostrarse nada impresionado por
la reputación de su adversario, lo espera a pie firme, mientras que el maestro
de sable, estaba un poco turbado por tal
determinación.
— ¿Qué será este hombre?, piensa.
Jamás ningún villano hubiera tenido el valor de desafiarme. ¿No será una trampa
de mis enemigos?
El campesino, acuciado por el hambre,
se adelanta resueltamente hacia su rival. El Maestro duda, desconcertado por la
total ausencia de técnica de su adversario.
Finalmente, retrocede movido por el
miedo. Antes incluso del primer asalto, el maestro siente que será vencido. Baja
su sable y dice:
— Usted es el vencedor. Por primera
vez en mi vida he sido abatido. Entre todas las escuelas de sable, la mía es la
más renombrada. Es conocida con el nombre de “La que con un solo gesto da diez
mil golpes”. ¿Puedo preguntarle, respetuosamente, el nombre de su
escuela?
— La escuela del hambre –responde el
campesino.
Cuento zen