En muchas casa vemos que antes de Navidad ponen como centro
de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo,
esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.
Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres
pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad
de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos
como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona
de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario,
es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Los primeros
misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas.
Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica.
La corona está formada por una gran variedad de símbolos:
La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor
de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor
a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere
que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al
final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe
ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre. El follaje
verde perenne (que puede ser de ramas de pino, oyamel o hiedra)
representan que Cristo está vivo entre nosotros, además su verde color
nos recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza
que debemos cultivar durante el Adviento.
Las cuatro velas: Las cuatro velas representan los cuatro domingos de
Adviento. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y
cada domingo de adviento encendemos una vela más hasta llegar a la
Navidad. La primera, segunda y cuarta vela que se encienden son de
color morado. El color morado indica el espíritu de vigilia, penitencia
y sacrificio que debemos observar durante este tiempo especial
de gracia. El tercer domingo, llamado comúnmente de la “alegría”,
representa precisamente el gozo que sentimos ante la cercanía del
nacimiento de nuestro Señor y se enciente la vela rosada. El día de
Navidad las velas moradas son substituidas por otras de color rojo que
simboliza el espíritu festivo de la reunión familiar. En algunas casas,
todas las velas se sustituyen por velas rojas y en el centro se coloca una
vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo
cuanto existe.
Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del
jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero
recibieron también la promesa del Salvador Universal.
El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que
nos envuelve.
La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.
Bendición de la Corona de Adviento: La puede llevar a cabo el Papá
o la Mamá con la siguiente oración:
La tierra, Señor, se alegra en estos días y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor que se avecina como luz esplendorosa, para
iluminar a los que están en las tinieblas del egoísmo, del dolor y del
pecado. Llenos de esperanza en su venida hemos preparado con gran
cariño esta corona, la hemos hecho con ramas verdes de nuestra tierra,
para que nos acompañe en nuestro hogar en este tiempo de
preparación de la venida de tu Hijo. Te pedimos Señor, que al ir
encendiendo estas velas nos ilumines con el esplendor de Aquel, que
con su presencia ilumina nuestras oscuridades. Él que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre
esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida
de Jesús.
El más pequeño de la casa se acerca a la Corona y enciende la primera
vela. Mientras todos cantan algún villancico. Si se cree oportuno, se
pueden hacer algunas peticiones al Señor.
-De la Web-
Nanita