Mi nave dorada
Carga sobre mis ojos la fatiga
de esperar carabela que no llega;
frente al mar, cuya luz azul me ciega,
bajo el sol estival que me fumiga.
cada hora que rueda es mi enemiga;
indiferente a mi ansiedad, me niega
la visión de ese barco que navega
lejanos horizontes, y me obliga
a una prórroga más en esta espera
que de mi desaliento se apodera,
contemplando distancia tan vacía.
Ah, ni nave dorada, de alta vela,
por quien en permante centinela
persevero en la roca día a día
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