¡Escuchando silencios!
A lo lejos escucho el mar suspirando
el horizonte llora angustiado
y los pajaros gritan
al ver la arena caminando.
Caminando sobre mi cuerpo
y muero al ver mi piel desgarrada
y solloza mi cabello confundido
al ver mis dedos florecidos.
La pradera hipnotizada me sonrie
y calla la luna sorprendida
despertando los sueños de las olas
que revientan en la campana del olvido.
Las ciudades se esconden
en el regazo seco
y el hombre vuela
equivocando el arbol
cerrando su angustia
a la lluvia encendida
soñando su muerte
en el sollozo del ruego.
El eco devuelve la prematura ausencia
y el adios se vuelve
un juguete sediento
donde se sacia el oscuro silencio
quedando la dinastia fragmentada.
Al final quedamos
escuchando los silencios
los cantos muertos
de la tierra despierta
y el ataud se sobrecoge
de la humedad sombria
al sembrarse el beso
del alma mia.
Cristina Bonilla.
Maria Ines.