Cada día convenciéndome más de que nunca podré ser feliz encerrada en mi cuarto en la oscuridad de mis pensamientos corre de mi muñeca una gota de sangre que luego va acompañada de lágrimas todo por tu culpa... todo por tus mentiras... todo por tratar de no ver la realidad.
Cada día alejándome más de aquella luz de aquella luz que supuestamente es la felicidad de aquella luz que todos piensan que es eterna pero que en realidad ni siquiera existe.
Ya no quedan esperanzas quedan absurdos recuerdos que se van convirtiendo en ilusiones que alimentan este sufrimiento...