NO SEA ESCLAVO DE SUS EMOCIONES
Los cambios de estados de ánimo son normales. Dichos cambios se reflejan en la química del organismo. Supongamos que usted se entera que este año no le van a dar el aumento de sueldo que usted esperaba; su cerebro comienza a incrementar la secreción de dopamina y noradrenalina que son estimulantes, lo que hace que usted se excite y su cuerpo se prepare para pelear o huir.
Sin embargo esto no quiere decir que usted deba desquitarse o echarse a correr. Es necesario tener emociones, pero que no nos dominen.
El mal humor puede ser incluso peligroso. Los científicos saben que la gente crónicamente enojada y hostil es más propensa a enfermar del corazón. Un simple arranque de cólera duplica las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco.
Controlar los estados de ánimo puede ser cuestión de vida o muerte.
Según el doctor Ronald Dahl la falta de sueño hace estragos en nuestras emociones, así como ocurre con un niño cuando está cansado.
El contacto con la naturaleza, en opinión de muchos expertos, contribuye a mejorar el estado de ánimo. Desyerbe su jardín para desterrar la tristeza, es bueno sentir que arrancamos algo de raíz.
Haga ejercicio, una caminata de 15 minutos a paso vivo incrementa la energía y disminuye la tensión. La actividad física prolongada puede ser muy benéfica, el ejercicio eleva la temperatura corporal del mismo modo como si tomáramos un baño caliente.
Alimentarse sanamente es muy importante.
Sobre todo la mejor recomendación es que tengas una vida activa espiritual, es decir, que tengas el buen hábito de leer la Palabra y hablar con Dios todos los días, esa relación de comunión con el Creador hará que asimiles sus principios y su amor con los demás y consigo mismo.