Cuando cortas una flor para ti, comienzas a perderla, porque se marchitará en tus manos y no se hará semilla para otras primaveras.
Cuando aprisionas un pájaro para ti, comienzas a perderlo... Porque ya no cantará para ti en el bosque ni criará otros pichones en su nido.
Cuando guardas tu dinero comienzas a perderlo... porque el dinero no vale por si, sino por lo que con él se puede hacer.
Cuando no arriesgas tu libertad para tenerla, comienzas a perderla. porque la libertad que tienes se confirma cuando decides y eliges.
Cuando no dejas partir a tu hijo hacia la vida, comienzas a perderlo, porque nunca lo verás volver a ti, libre y maduro.
Recuerda siempre: No existe precio por la Libertad . Pero sí, una bellísima recompensa para quien la utiliza con grandeza de alma .
Tener para siempre, junto a ti la Fidelidad de aquellos que libres de los grillos, se complacen en ser tus eternos admiradores
Quien Ama, Libera con la seguridad de la vuelta espontánea al abrigo . Aprende en el camino de la vida la paradójica lección de la experiencia:
Siempre ganas lo que dejas y pierdes lo que retienes.
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