Todos nos decían que no iba a ser fácil,
pero nadie nos dijo que sería tan
difícil,
que esto de crecer es una revolución interna,
es un constante
cambio de planes,
es una necesidad de ser distinto
sin dejar de ser uno
mismo.
Que es una cuestión muy personal
pero que puede involucrar a
mucha gente
o a poca gente, pero en definitiva, a la gente que nos
importa.
Nadie nos dijo que había muchos sentimientos,
a veces muy
contradictorios.
La necesidad de estar enamorado,
la necesidad de que ese
amor sea correspondido.
A veces no tenemos las armas para lucharle al
crecimiento y,
generalmente, debemos conseguirlas durante la
batalla.
Nadie nos dijo que podíamos sentir angustia,
amor, dolor, odio,
esperanza y
desesperanza en el mismo instante,
que un día íbamos a tener
que decidir qué camino seguir.
Muchos tienen la suerte de definirlo en su
período escolar,
otros deben hacerlo en sus días de universidad.
A algunos
les lleva toda la vida.
Pero hay un momento en el que se decide qué camino
transitar.
Así como cuando estamos enamorados...
Primero conocemos a
una persona,
comenzamos a mirarla más detenidamente
nos empieza a
gustar.
Y sucede en un instante que
nos damos cuenta de que nos hemos
enamorado.
También en un instante nos percatamos
de que debemos hacer
bien las cosas.
Que no podemos dejarnos abatir por el miedo,
que tenemos
que ser nosotros mismos,
seamos quienes seamos,
y así tendrán que
aceptarnos.
Pero ser nosotros mismos significa ser sinceros,
amables,
saber que un gesto vale mucho
que, a veces, una sonrisa se torna
importantísima...
Saber muchas cosas, aprender tantas otras,
de eso se
trata crecer y,
en alguna forma, de eso se trata la vida.
De eso se
trata la vida... elecciones, crecimientos, aprendizajes...
no podemos crecer
sin dejar inevitablemente cosas atrás,
deshacernos de las viejas creencias,
de las cosas que nos limitan,
animarnos a salir de nuestras zonas de
comodidad para correr algún riesgo...
Es difícil?
Claro que lo
es!!!
Pero la sensación de haber atravesado algo importante, de haber
enfrentado algo que nos costaba, de haber salido adelante, es
única,
intransferible, inigualable.
Todo el tiempo decidimos qué
caminos transitar.
Todo el tiempo estamos a tiempo de parar, de volver atrás,
de desandar
camino, de cambiar el rumbo.
Siempre.
Y aunque parezca que
el momento "pasó",
la vida siempre nos da una segunda
oportunidad...
Confiemos más.
Analicemos menos, y disfrutemos del poco
o
mucho crecimiento que cada uno de nosotros pueda lograr...