Contemplar obras de arte tiene efectos beneficiosos para los pacientes con Alzheimer, según un estudio realizado por el Centro de Medicina del Envejecimiento de la Universidad Católica de Roma, conjuntamente con la Galería Nacional de Arte Moderno. La investigación se realizó en 14 pacientes con un grado de leve a moderado de la enfermedad y demostró que admirar la belleza de las obras de arte puede reducir en un 20 por ciento la frecuencia de algunos síntomas como la ansiedad, la apatía, la irritabilidad y la agresividad en quienes padecen el mal. Los pacientes fueron guiados por la pinacoteca, donde se les mostraron detalles de las pinturas de Veronese, Doménico Morelli y Giuseppe de Nittis, entre otros. Luego, fueron sometidos a una evaluación clínica y psicológica, refiere el diario. “Los resultados han demostrado que visitar los museos puede contrarrestar los primeros síntomas de la enfermedad”, explicó Roberto Bernabei, director del Centro de Medicina del Envejecimiento. “Llevar a los pacientes a los lugares donde se muestra la belleza, continúa Bernabei, es también una manera de comunicarle al enfermo que no está segregado y que aunque su mente vacila, puede continuar su vida”. “El test compilado antes y después de la visita por la galería ha evidenciado una notable reducción del nivel de estrés, no sólo en quien está mal sino también en los acompañantes”, explicó la geriatra Rossella Liperoti quien, además, agregó que los efectos se prolongan incluso por varias semanas.
Sin embargo, no se demostró ninguna influencia de las obras de arte en el déficit cognitivo de los enfermos, señala el periódico. No es la primera vez que la ciencia busca demostrar la influencia positiva del arte en personas con alguna enfermedad.
El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) tiene un programa de visitas guiadas para incentivar la creatividad en pacientes con Alzheimer.
En el mundo existen 40 millones de enfermos de Alzheimer, según las últimas cifras de la Asociación Mundial de Alzheimer y se prevé que este número crezca en un 50 por ciento en el año 2030